El sonido y la revitalización
Una gran cantidad de estudios han demostrado que el estrés, el pesimismo, las ideas de desesperanza y emociones como la ira deprimen o alteran el sistema inmunitario.
El cuerpo humano está constituido por un 70 % de agua, y el sonido viaja cinco veces mejor por el agua que por el aire, por lo tanto la música, los sonidos y la voz pueden afectar directamente el cuerpo, además del efecto que tiene al ser escuchada.
Los pensamientos tienen energía y pueden desencadenar, de manera automática, reacciones corporales o sentimientos. La visualización y la meditación guiada actúa desde el cerebro, que recibe la idea: “la figura”, se tranquiliza y la toma como real. Se produce la elaboración de neurotransmisores que hacen más profunda la respiración y disminuyen los niveles de estrés orgánicos. Por lo tanto se detiene la secreción de neurotransmisores desequilibrantes, y el cuerpo, en su intento de autorregulación, deja de estar en estado de alerta, no siente peligro y se calma.
Cuando meditamos con sonidos, estos estimulan estados internos de bienestar, favoreciendo la elaboración de endorfinas con lo que se disminuye la tensión y se equilibra la inmunidad del cuerpo, además de mejorar notablemente el humor.
Prof. Cristina Rubio
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